“Tratar a las personas como queremos que nos traten a nosotros”.
Durante la charla con Ana Medina, una de las gerentes de FAMED, hemos podido comprender su historia y los retos a los que se han enfrentado hasta llegar a su posición hoy en día, una clínica de referencia con gran trayectoria.
“Me encanta el deporte y la medicina, quería hacer algo relacionado con la salud y ayudar a los demás”.
Ana Medina es una gran aficionada al deporte y a la medicina, por lo que estudiar fisioterapia resultaba lo más sensato, además, dada su preocupación por los demás, la fisioterapia reunía todas sus aficiones. Al igual que cualquier joven, Ana tenía sueños de futuro y uno de ellos, consistía en “ser instructora de esquí y montar una consulta en la montaña”.
El amor y la dedicación por la fisioterapia y el deporte le ha llevado a trabajar con deportistas de élite del mundo del tenis, atletismo, baloncesto, motor e incluso tiro con arco. En ocasiones es un trabajo contrarreloj para preparar unas olimpiadas o una recuperación de futbolistas profesionales de cara a un mundial.
Nadie dice que el deporte y la estética estén reñidos y Ana es el mejor ejemplo. A mayores de su dedicación como fisioterapeuta, es formadora de una técnica que se llama Indiba, también de musculoesquelético para lesiones de fisioterapia y de la parte dermatofuncional a nivel fascial.
Hace 24 años que es fisioterapeuta, pero, reconoce que desde hace 10, la parte que más le gusta es la fascia y emoción, “todo lo relacionado con la parte fascial y que se enfoca en la persona desde un plano más holístico”.
Tras estudiar juntos la carrera en Cuba, el grupo de socios llegó a España con una idea clara, montar su propia clínica, pero se encontraron con demasiado trabajo e incertidumbre por delante. No tener contactos ni conocimientos sobre el tema dificultó las cosas y, a mayores, la falta de ingresos suponía un problema añadido.
Había que administrar un negocio desde el desconocimiento, sin ninguna experiencia en gestión. Ana recuerda cómo se equivocaban y eso “significaba perder dinero y esfuerzo por el camino”. Las crisis económicas supusieron un gran desafío, mantener la clínica teniendo tan solo 26 años, rodeados por un panorama tan complicado y buscando atender a los pacientes de la mejor manera posible, era un reto día tras día.
Si algo tenían claro es que había que tratar a cada paciente con ética, respeto, educación y mucha empatía, porque según sus propias palabras, “el paciente es el alma de nuestra clínica”.
Al echar la vista atrás, Ana reconoce que cambiaría algunas inversiones erróneas que no han podido rentabilizar, pero, ante todo, mejoraría la gestión de la clínica desde el primer momento.
Para ellos, su máxima diferencial es el trato personalizo al paciente y los avances tecnológicos y formativos, buscando siempre ofrecer lo mejor al paciente, evolucionar y alcanzar la excelencia. Al fin y al cabo, cuidar de las personas como si fueran familiares, amigos o ellos mismos.
Actualmente, confirma que enfrentarse a las facturas es lo peor, gestionar las solicitudes de cada paciente y los detalles de las aseguradoras. En resumidas cuentas, saber la rentabilidad de cada profesional es interesante y necesario, por lo que hay que llevar un control muy fiable.
Según Ana, para ella, “el software supone una gran ayuda para gestionar la agenda desde cualquier sitio en el que esté, por lo que sin duda es una clara mejora en la gestión de la clínica en el día a día”.
Para Ana Medina, que la clínica ruede sola, sin la necesidad de estar encima, es el reto que tienen por delante. Aunque según afirma, “que todas las personas que trabajan con nosotros estén contentas” es también un claro objetivo para que el centro funcione bien y que trabajadores y pacientes estén satisfechos.
Alberto García Godino y Recupérate Bien; tecnología como diagnóstico en la fisioterapia
“Había que gestionar todos los pacientes de manera satisfactoria y trabajar en un modelo de negocio que funcionara de cara al futuro crecimiento”.
Ammma: un servicio completo y atención personalizada
"La gestión de varios centros supone un desafío, especialmente en cuanto a la organización del equipo y la información de los pacientes."