¡No nos pongamos nerviosos! Aunque sabemos que es complicado porque, ya sea de Hacienda o de Sanidad, la visita de un inspector impone, aunque sepas que tienes todo en orden. Es la misma sensación que cuando te paran para un control de alcoholemia, aun sabiendo que solo has bebido agua, porque tu cuerpo parece que se bloquea y no sabes ni hablar, ¿verdad?
Si quieres saber qué hacer, si un inspector de Sanidad aparece por sorpresa, a lo Pepa Pig, en el cumple de tu hija, es importante que conozcas tus derechos y obligaciones para poder actuar con calma.
Sabemos que no es lo que más te gusta oír, pero SÍ, los inspectores de Sanidad tienen la facultad legal de acceder libremente y sin previa notificación a cualquier centro o establecimiento sanitario en España.
Esto está establecido en el artículo 31 de la Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad. Su objetivo es comprobar el cumplimiento de las disposiciones sanitarias aplicables.
Lo más importante, ¡no perder los nervios! Actúa con tranquilidad y sigue estos pasos para que todo vaya con buen pie.
En el momento en el que el inspector se presente, deberá acreditarse con su número de identificación profesional antes de iniciar la visita o cualquier actuación.
Una vez verificada su identidad, debes permitirle que entre en tu clínica y colaborar en las acciones necesarias que quiera llevar a cabo para comprobar el cumplimiento de la normativa sanitaria.
Si en el momento de la visita sorpresa del Inspector de Sanidad tú no estás presente y no puedes acercarte a la clínica, es recomendable que asignes un responsable que pueda actuar en tu nombre. Así, si el inspector necesita cualquier documento o acceder a alguna sala más privada, siempre habrá alguien que pueda proporcionarle la información, acompañarle y colaborar con él.
Aunque la inspección se vaya a realizar sí o sí, ya que no es necesario que te hayan notificado antes de acudir a tu centro, debes tener claro qué derechos y obligaciones tienes durante la misma.
Información clara sobre el propósito y alcance de la inspección: ¡Las cosas claras! El inspector debe informarte sobre los objetivos de la visita y las áreas que serán inspeccionadas.
Acceso a los documentos que justifican la inspección: El inspector deberá informarte del objeto de la visita, y podrá presentarte la documentación necesaria en caso de que acuda por una denuncia o expediente.
Designación de un representante: Como hemos comentado con anterioridad, en caso de que tú no puedas estar presente, puedes designar un responsable que actúe en tu nombre.
Derecho a presentar alegaciones: Si tras la inspección hay cosas con las que no estar de acuerdo en cuanto a los resultados o a las medidas impuestas, tienes derecho a presentar alegaciones y recurrir las decisiones conforme a los procedimientos legales establecidos.
Colaboración activa: Debes proporcionar al inspector toda la información y documentación necesaria para facilitar la visita.
Cumplimiento de la normativa sanitaria: No debería hacer falta que te lo digamos, pero aunque sea algo básico, es necesario que tu clínica cumpla con todas las disposiciones sanitarias aplicables.
¡Mantén a tu equipo informado! Es recomendable que informes al personal de tu clínica sobre cómo debe actuar ante la visita de un inspector, incluso en tu ausencia, para evitar posibles infracciones por obstaculizar la actuación del inspector.
Después del susto por la visita inesperada del inspector de Sanidad y la presión de todo el proceso (aunque tú sepas que todo está en orden), es el momento de saber cuáles son los siguientes pasos.
Después de la inspección, se levantará un acta donde queden reflejadas las posibles incidencias y deficiencias que haya encontrado el inspector.
En tu caso, como gerente de la clínica, tendrás un periodo de tiempo para ponerles remedio y será, entonces, cuando se levante otra acta para verificar que se ha cumplido con lo solicitado. Sin embargo, el hecho de solventar los problemas no te va a eximir de tener que pagar alguna multa, aunque puede influir en la graduación de la sanción. Pero como sabemos que eres un profesional, este caso nunca va a pasar, porque como siempre te decimos, ¡hay que hacer las cosas bien, antes de que vengan los sustos!
¡Pongámonos en el peor de los casos! Si durante la inspección de sanidad encontrasen en tu clínica una gran irregularidad, la administración podrá iniciar un expediente sancionador. Esta podrá ser clasificada como leve, grave o muy grave.
Siempre es necesario que valores las posibles responsabilidades legales derivadas de incumplimientos normativos o consecuencias de la atención a los pacientes.
Mantener toda la documentación al día y en regla: Es fundamental contar con toda la documentación necesaria para demostrar el cumplimiento de la normativa sanitaria.
Contar con orientación legal experta: En caso de discrepancias con el acta de inspección, es aconsejable que cuentes con asesoramiento legal para defender adecuadamente los derechos de tu clínica.
La visita sorpresa de un inspector de Sanidad en tu clínica puede generarte mucha inquietud, y lo entendemos, a nadie le gustan este tipo de visitas no agendadas y menos de un inspector, pero es una oportunidad para demostrar tu compromiso con la calidad y seguridad en los servicios que ofreces a tus pacientes.
Aun así, es importante que tanto tú como tus empleados conozcáis los derechos y obligaciones ante una inspección. No dudes en comentarlo con ellos y mantenerlos siempre informados, así si en algún momento tienen que actuar como representantes sabrán desde el primer momento como comportarse y qué pasos dar.
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