“Un buen liderazgo no consiste en estar al mando, sino en cuidar de las personas a tu cargo”, Simon Sinek. Cuando defines la cultura empresarial de tu empresa estás apostando por el sentimiento de comunidad y motivación entre tus empleados.
La cultura empresarial, también llamada cultura corporativa, consiste en todos los valores, creencias, metas, normas o acciones que comparten todos aquellos que sean parte de la misma empresa. En tu caso, deberán compartirlos todos los empleados de tu clínica.
Se puede decir que la cultura empresarial es una forma de definir la personalidad de una empresa o marca, así como refleja sus ideas. Debe apreciarse en cada acción llevada a cabo, tanto de manera interna como de cara al exterior.
Para desarrollarla, debes tener en cuenta a las personas que serán el eje de tu clínica; serán los encargados de cumplir con la cultura empresarial. Además, las prácticas llevadas a cabo deben ser acordes a lo estipulado y el espacio de trabajo influye de manera directa sobre el trabajo y cómo se desempeña.
Llegados a este punto, debes comprender los diferentes tipos de culturas empresariales que existen. Hay diversas clasificaciones, está en concreto está realizada por el psicólogo social Roger Harrison.
Se trata de un tipo de cultura empresarial basada en un sistema oligárquico o de rangos de poder. ¿Qué significa? El poder lo sustentan una o pocas personas. El resultado repercute en los empleados, quienes no disponen de tantas oportunidades para ascender o crecer profesionalmente, ya que son puestos que surgen cuando se requiere una necesidad concreta y se debe estar muy preparado para ascender y ser la persona más adecuada.
Destaca por ser un modelo estable y seguro. A pesar de contar con ventajas en cuanto a la organización, no aporta motivación hacia los empleados ni favorece los cambios.
En este tipo de cultura, la empresa impone normas que todos los empleados deben cumplir obligatoriamente. Está enfocada a asegurar el correcto desarrollo de la empresa y la obtención de los resultados esperados.
Algún ejemplo de este tipo de cultura empresarial podría ser McDonald´s o cualquier franquicia realmente. Al buscar la uniformidad, todo se debe hacer de la misma manera para que la experiencia de los clientes sea siempre la misma, independientemente del lugar o centro en el que estén.
Es sencillo, el foco está en todos aquellos procesos que favorecerán la obtención de resultados. Para ello, todos los recursos de la compañía, tanto económicos como de personal, se organizan en base a esos resultados que se deben obtener.
Este modelo de cultura empresarial tiende a ser más eficiente, ya que facilita el aprovechamiento de los recursos materiales y humanos. Eso sí, es quizá el más exigente en cuanto a la medición de resultados, suponiendo un esfuerzo extra que realizar.
Se caracteriza por buscar la mejora de la productividad, pero siempre a través de la satisfacción y motivación de los empleados.
En las empresas donde se desarrolla esta cultura, las personas son lo primero y lo más importante. Por ello, el liderazgo y la comunicación deben ser correctos y facilitar el trabajo de todos los implicados.
Sin embargo, siempre hay que ser precavido, pues si confías demasiado hay quien se puede aprovechar de ello. Por eso, siempre hay que encontrar el punto de equilibrio y trabajar por mejorar la confianza mutua.
Es fundamental que definas la cultura empresarial que sigue tu clínica. Ayudará al personal a entender los procedimientos, objetivos y adaptarse mejor a los cambios. Según algunos estudios, los profesionales tienden a preocuparse por la cultura de la empresa en la que trabajan y en función de su relación con ella, puede variar su motivación y compromiso.
Una buena cultura de empresa consiste en crear esa sensación de comunidad, en la que los trabajadores se sientan apoyados, representados y valorados. Nuestro consejo es que escuches lo que necesitan tus empleados, que valores y reconozcas su esfuerzo y, sobre todo, que impulses estructuras y estrategias adecuadas para reafirmar estos valores.
Podríamos hablar de 3 pilares fundamentales para componer la cultura corporativa de una empresa, todos ellos imprescindibles y complementarios.
Misión. Si tu clínica es nueva, debes determinar la misión lo primero; si ya tienes experiencia será algo que seguro lo tienes muy definido. La misión es la razón de ser de tu clínica, debe ser realista y clara.
Da respuesta a preguntas como ¿Quiénes somos?, ¿Qué ofrecemos?, o ¿Cuál es nuestro objetivo? Es el paso previo para definir la propuesta de valor de tu centro y debe ser algo basado en la transparencia sobre tus puntos fuertes y aquellos más débiles.
Visión. Es la respuesta a la pregunta ¿A dónde vamos? Se podría traducir como los objetivos que tienes como clínica médica. Por ende, debe ser un planteamiento realista para no provocar desmotivación general. Siempre trabajando paso a paso, sin perder de vista a dónde queremos llegar.
Valores. Aquí entrarían las creencias y la ética que dictan la forma de actuar y pensar dentro de la compañía. Depende de cada empresa, pero algunos de los valores más comunes suelen ser la honestidad, compromiso con el medio ambiente, autogestión, transparencia. Se podría resumir también como la filosofía que tenéis como empresa.
Somos conscientes que no es sencillo crear una cultura empresarial, sin embargo, hay algunos consejos que podrían ser de ayuda o, por lo menos, darte alguna idea.
Lo primero es que analices la cultura actual en la que encuentra tu clínica, para poder valorar donde estás y hacia donde te gustaría ir. Fomenta la comunicación interna para mejorar las relaciones entre los empleados, apuesta por los nuevos talentos para mantener la frescura y desarrolla métricas para medir los resultados que estás obteniendo.
Recuerda, debes hablar con los profesionales de tu clínica acerca de la cultura empresarial. No tengas miedo de comunicarla y definirla, esto hará que todos estéis alineados y con todo el conocimiento necesario para rendir al máximo y alcanzar las metas. Además, cuanto más se trabaje por desarrollarla, más fácil será que todas las partes estén involucradas y unidas. Si algo no se está realizando acorde a esta filosofía, es fundamental corregirlo antes de que se vuelva una costumbre.
También puedes crear pequeños retos entre los empleados como pequeños torneos de actividades grupales o fomentar el deporte para mejorar la calidad de vida. Celebrar las ocasiones especiales, como cumpleaños o logros, hará que se sientan valorados y motivados en su día a día.
Si a estas alturas te sigues preguntando cuáles son las ventajas de contar con una cultura empresarial definida en tu clínica, no te quedes con las dudas, a continuación te dejamos algunos beneficios claros.
• Agilidad en la empresa. Se realizarán las tareas de una manera más dinámica y fluida, ayudando a mejorar los tiempos de los procesos y gestión de pacientes.
• Objetivos claros. Si se definen los objetivos, la productividad aumentará en conjunto para poder alcanzarlos y obtener las posibles recompensas.
• Buen ambiente laboral. Cuando tus empleados trabajan a gusto, es más sencillo que se fomente su interés y, por ende, el rendimiento.
• Retención del talento. A raíz de lo anterior, cuando existe un clima laboral agradable, se fomenta la creatividad y el desarrollo personal y se valora el trabajo, es más probable que se genere un equipo sólido.
Con todo esto, te estarás posicionando como un buen “employer branding”, o una marca empleadora. Esto está relacionado con la reputación de tu clínica, la imagen que proyectas hacia los profesionales que trabajan en ella y a las posibles nuevas incorporaciones.
Ganarás una mayor fidelidad por parte de tus pacientes y los profesionales del sector querrán trabajar en tu centro.
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